Cuando era niña, …

¿Recuerdas cómo pasabas la Navidad cuando eras niño o niña? Hoy te cuento cómo la pasaba yo

Cuando era niña, la Navidad era una fecha especial porque toda mi familia se reunía en casa de mis padres el día 25 para la comida. La casa de mis padres era grande, así que cabía todo el mundo. Venían siempre dos tías, mi tía Nora y mi tía Cecilia, y sus familias. A veces venían también otros tíos y sus familias, pero mis tías Nora y Cecilia nunca faltaban. Ellas tenían hijos, mis primos, así que pasaba la Navidad compartiendo y jugando con mis primos.

Mis tías venían temprano porque se necesitaba mucho tiempo para preparar la comida para todos, así que yo pasaba toda la mañana jugando con mi hermano y mis primos. Nos íbamos a jugar al parque que estaba cerca. Como éramos mínimo siete niños (cuando venían mis otros tíos éramos más), podíamos jugar de todo. Cuando nos cansábamos, volvíamos a la casa y jugábamos al Monopolio o a las cartas. Era muy divertido para mí.

Los niños no ayudábamos nada en la cocina. Todo lo hacían mi madre, mis tías y dos personas más que ayudaban en la cocina. Como éramos muchas personas, en una sola mesa no cabíamos todos a la hora de comer. En los cumpleaños, los niños nos sentábamos en “la mesa de los niños”, pero en Navidad era importante estar todos juntos, así que mi padre y mis tíos se encargaban de juntar dos mesas, poner los manteles y poner las sillas necesarias para todos. También se encargaban de las bebidas para todos, incluyendo los vinos.

Siempre comíamos pavo al horno. Mis padres compraban un pavo muy grande y se metía al horno temprano porque se tardaba mucho en cocinar. Mi madre lo preparaba con una salsa de nueces, leche y ajo. Todavía recuerdo esa salsa, ¡era riquísima! Todos esperábamos la hora de la comida para comer esa salsa. También había siempre puré de manzana, papas y camotes (patatas dulces) al horno y dos tipos de ensaladas. Seguramente que preparar toda esa comida para tantas personas era muy pesado, pero nadie pensaba que podía hacerse de otra manera.

El momento de la comida en sí era un momento feliz. La comida siempre estaba riquísima. Todos estábamos sentados a la mesa juntos comiendo y hablando. Yo veía a mi lado a mis padres, a mis tíos y a mis primos, todos estaban contentos y relajados. Creo que a todos nos gustaba estar juntos compartiendo ese momento. Nos reíamos mucho en la comida de Navidad. Cuando terminábamos, nos quedábamos haciendo sobremesa, hablando de cualquier cosa. La sobremesa solía ser muy larga, así que después de una media hora los niños nos íbamos a jugar otra vez.

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